
Lois está teniendo sueños en los que Clark y ella hacen el amor. Mientras, después del beso que se dieron en “Crossfire”, los dos todavía no han hablado sobre lo que pasó entre ellos.
Al mismo tiempo, en Metropolis están realizándose una serie de rescates y detenciones que parecen obra de El Borrón, pero que dejan grandes daños colaterales y son mucho más chapuceros. Los responsables son Zan y Jayna, dos hermanos con poderes metamórficos (Zan puede convertirse en cualquier forma de agua y Jayna en cualquier animal), que se sienten inspirados por El Borrón y quieren engrandecer su leyenda. Sus intenciones son muy buenas, pero su ejecución es descuidada. Chloe logrará encontrarlos y pegarles la bronca, con lo que los gemelos se quedarán quietos de momento.






A todo esto, la pobre Lois está teniendo que ir a una psiquiatra para hablar de sus sueños, de Clark, y de El Borrón. Lois se siente frustrada porque El Borrón ha dejado de llamarla, y está centrando su atención en Clark, de quien está enamorada pero que cree que le oculta algo. Después, Clark llama a Lois por teléfono como El Borrón, pero por un error en el disruptor de voz, ella escucha su auténtica voz y cree que es Clark, e intenta sonsacárselo. Paralelamente, un ambicioso fiscal que quiere hacer carrera política, insta a El Borrón para que diga su identidad y deje de causar daños a la ciudad. Lois sale en su defensa diciendo que El Borrón es el héroe que la ciudad necesita, y que ella sabe quién es y es bueno. El fiscal, un auténtico corrupto y relacionado con criminales, intentará matar a Lois para culpar a El Borrón, así que la tira por la azotea. Clark intenta salvarla sin revelarse, pero es imposible. Por suerte, los gemelos superpoderosos se enteran de la situación, y mientras Zan deja al público sin visibilidad convirtiéndose en niebla, Clark salva a Lois sin que ni ella misma sepa qué ha pasado. Después, con una oportuna llamada telefónica de Chloe a Lois haciéndose pasar por El Borrón cuando Clark está presente, vuelve a dejar la identidad de su amigo a salvo. Clark agradece después a los gemelos su ayuda y les anima a ser héroes por su cuenta, mientras que Lois confiesa a su psiquiatra que el hombre de quien está enamorada de verdad, es Clark.









Chloe le enseña a Clark una taza con el escudo de la S y le dice que se ha convertido en un símbolo para la gente. Al final, en el Planet, Clark le dice a Lois que tiene que confesarle un secreto… y le enseña unas gafas, diciéndole que es un poco miope pero que se fuerza a no llevarlas. Lois acaba dándole un beso, pero en ese momento tiene una nueva visión del futuro (sol rojo, Zod y sus hombres dominando la ciudad, Clark y ella encerrados, Chloe muerta, las torres solares…) y se desmaya en brazos de un preocupado Clark.









A rasgos generales, ha sido un capítulo entretenido sin más. No hay que pedirle la épica del episodio anterior, pero al menos ha sido un episodio sincero en cuanto al avance de la trama. Hemos avanzado en la relación entre Lois y Clark, y entre la de Lois y El Borrón. Por primera vez en la serie, hemos asistido a ese divertido caos que tiene la pobre Lois entre sus dos amores, Clark o El Borrón, igual que siempre ha sido con el triángulo Clark-Lois-Superman. Y se ha hecho de una forma divertida y coherente, incluso con ese toque tan Silver Age de que Lois descubra su identidad pero al final, con una argucia, vuelva a creerse la mentira.
El momento final de las gafas sube muchísimo la nota del episodio. Se deja caer la explicación de por qué Clark llevará gafas, y encima no pueden ser más parecidas a las del Clark de Superman Returns (cada vez me convenzo más de que para los guionistas de este año, Returns es una buena referencia, y se lo agradezco). En cuanto a la aparición de los Wonder Twins, pues… digamos que ha sido una referencia perceptible solo para frikis como nosotros. Detalles como el del móvil de Jayna (en el que aparece el dibujo de su mascota en la serie Super Friends) o la mención de Chloe al Hall of Justice están muy bien, pero queda en el aire la procedencia de los dos o de dónde han obtenido sus poderes, algo que parece no importarle mucho ni a Clark, ni a Chloe. Y en cuanto a su manera de activar sus poderes, a quienes no conozcan la serie de dibujos les puede parecer un poco ridículo que tengan que tocarse los puños y decir “Powers, activate!”, con lo que insisto en que su incursión en este episodio ha sido un guiño solo para frikis de siempre.
Otro agradable detalle es que se corrobore que El Borrón, y su símbolo, se están convirtiendo en una inspiración para la gente (hasta con merchandising propio), y que Clark reconozca que esa es precisamente su intención. Eso es muy supermanero, no pretende hacernos parecer inútiles, sino inspirarnos.
Así que, por entretenido, por el buen ritmo de la historia de Lois y Clark, y por varios detallitos de esos que son solo para fans, le daremos un 7.