EPISODIO 9X20: SACRIFICE

Como cada noche, Chloe accede a la Atalaya, pero esa noche se encuentra con una intrusa: Tess, que había entrado a borrar todos los ficheros sobre los kandorianos. Atalaya detecta un fallo de seguridad y activa un protocolo que sella todas las salidas. Tess y Chloe están atrapadas dentro. Mientras, Jaque Mate se dirige hacia ellas a través de un localizador que lleva Tess dentro de su propio cuerpo, y cuando las encuentre las matará. Mientras se quedan sin aire dentro de Atalaya, a Chloe se le ocurre usar el nitrógeno de la refrigeración de los ordenadores para helar el acero de las puertas y romperlo para escapar. Funciona, pero la falta de refrigeración deja destruidos todos los datos de Atalaya. Además, el localizador de Tess sigue funcionando al ritmo de sus funciones biomecánicas, así que Chloe decide pararle el corazón y después reanimarla con una inyección de atropina. Al parar su corazón, los agentes de Jaque Mate pierden la pista de las chicas y se van. Chloe, tras un momento de duda, reanima a Tess, y le dice que ahora le debe una, y que si habla con alguien de sus chicos (la JLA) la próxima vez no se levantará.

La segunda trama, aunque casi más importante, es sobre los kandorianos. Con los datos descargados de Atalaya, Jaque Mate localiza a la facción rebelde de kandorianos que quieren vivir en paz, y los detiene para ejecutarlos. Faora está embarazada de Zod, y es secuestrada por Amanda Waller mientras que Clark salva al resto de los kandorianos. Zod acude al rescate de Faora, arrasa el castillo de Jaque Mate (supuestamente matando a Amanda Waller) y después “juzga” a Faora por su traición y la asesina. Faora se sacrifica a ella misma y a su bebé y no le dice que está embarazada, pero Zod lo descubre después de matarla.

Después, Zod reúne a sus hombres en la Fortaleza y les dice que los humanos han acabado con Faora y con el primer hijo de Kandor, y les declara la guerra. Clark llega en ese momento e intenta convencer a los kandorianos de que Zod fue el último que estuvo con Faora antes de morir, pero los hombres de Zod dicen que los humanos nunca les dejarán vivir en paz y que seguirán a Zod a cualquier parte. Clark dice que no lo permitirá, y Zod le responde que “cómo va a detenerlos”. Los kandorianos echan a volar y Clark se queda alucinado mirando al cielo…

Un gran episodio, no cabe duda. La trama ha avanzado a pasos agigantados (lógico si tenemos en cuenta que solo faltan 2 semanas) y ya tenemos la coyuntura para la lucha final. Me ha gustado mucho cómo han jugado con nuestra especulación con lo del “sacrificio” de este episodio, y ha sido un gran acierto: ni Tess, ni Chloe. Chloe ha tenido que sacrificar su Atalaya, y Faora es quien ha realizado el sacrificio máximo dejando que Zod la asesinara a ella y a su hijo nonato. Esto ha supuesto el giro definitivo de Zod para declarar la guerra a los humanos.
Así que, en cuanto a la trama, el episodio ha sido de 10. Lo malo es, como ya es costumbre, pequeños detallitos que merman la nota. Por ejemplo: en un edificio de apartamentos, nadie nota que hay un lector de huellas dactilares en el ascensor; o la nueva ley de la Física, que dice así: “el acero, cuando se congela, se transforma automáticamente en cartón piedra”; o lo absurdo de la escena en la que Zod lanza a Amanda Waller contra un coche, y se estampa a por lo menos 200 km por hora, para que luego la veamos en la siguiente escena con un par de rasguños en la frente y punto, sin huesos rotos, derrames internos, ni nada; o la escena de reanimación de Tess, en la que Chloe demuestra que sabe más de medicina que el Dr. House. Todos esos detallitos hacen parecer un poco tonta la serie en ciertos momentos. Pero insisto, el episodio ha sido muy bueno, todas las fichas están sobre la mesa y esperemos con ganas los dos últimos. A éste le daré un 9 en mi valoración personal.